Así se veía el Popocatepetl desde una de las pirámides en ruinas de Cholula, poco después de que el volcán hubiera despertado de su largo descanso. Esa tarde, animado por el litro de pulque de maguey que tomé, me armé de valor y me propuse caminar la siguiente mañana hasta llegar a aquella montaña!... ja!... la distancía me engañó!... caminé todo el día y aquel carajo cerro se veía igual de lejos todo el tiempo.
caminar...
desde antes del Sol, hasta que se fué detrás de aquel monstruo de tierra, piedra y cenizas, y terminar en la mitad de nada, ante su gran sombra dibujada por la luz de las estrellas: lo único visible. El último trago de agua, cuánta sed!, cuánto silencio!, cuánta paz del gusto de una hazaña conquistada! Junté leña, hice una fogata y acostado me abracé a ella y me dejé ir en el calor y en el color del fuego para atravezar una noche más el incierto lugar de los sueños.
+Centinelas+del+Tiempo.jpg)
